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El contrato de prestación de servicio de seguridad LP -001-2024 que inicialmente se vendió, por el mismo alcalde y su séquito, como el más grande golazo que haya logrado un alcalde en materia de seguridad en la historia de Sincelejo, una vez revisado por el VAR (analistas, ciudadanía, Ministerio de Defensa), resultó siendo un fuera de lugar evidente.
Dictaminó el VAR que en realidad no era un frente de seguridad ciudadano, en tanto esta figura contemplada en las leyes colombianas se concibe como: “organizaciones de carácter comunitario, liderados por la Policía Nacional y apoyadas por la oficina para la seguridad y convivencia ciudadana, que tiene como fin crear una cultura sobre seguridad ciudadana”. Se trata simple y llanamente de un contrato civil entre partes. El contrato de marras, es un contrato de prestación de servicios, regido por la Ley 80 de 1993 y demás normas complementarias, derivado de un proceso licitatorio, estipulado su valor en casi 25 mil millones de pesos, en el cual el contratista tiene el legítimo derecho a obtener unas utilidades derivadas de la prestación del servicio. En conclusión lo firmado y en operación no tiene nada que ver con procesos comunitarios, ni alianzas estratégicas entre policía y comunidad para generar cultura y convivencia ciudadana.
La idea que se vendió inicialmente de grupos de hombres armados, montados en motos, vestidos de negro, patrullando calles y sectores donde la policía no había podido entrar, ha sido ajustada por la administración municipal luego de las reuniones realizadas con los representantes del Ministerio de Defensa. “Aclaramos que la vigilancia móvil que se presta en el municipio de Sincelejo está al servicio de los 50 parques y obras públicas, bajo ninguna circunstancias podrán invadir las funciones y competencias de la policía nacional y demás autoridades”, se lee en un comunicado divulgado recientemente en las redes sociales del alcalde Acuña.
Ha sido tan evidente el fuera de lugar cometido por la administración municipal que producto de las reuniones con el Ministerio de Defensa se han llegado a acuerdos trascendentales tales como: “El Ministerio de Defensa revisará el modelo para hacer un pronunciamiento de fondo y establecer una postura que nos permitan mantener y garantizar el debido respeto por la constitución, la ley y los decretos que reglamentan la materia”.
Prosigue el acuerdo manifestando: “Igualmente verificará que el servicio se preste de acuerdo a modelos ya implementados en el Parque de la 93 en Bogotá y el Parque Lleras en Medellín. Finaliza el acuerdo estipulando qué: “La superintendencia de vigilancia y seguridad privada programará una serie de visitas a Sincelejo para verificar que la empresa que presta el servicio de vigilancia cumple todos los requisitos exigidos por la ley en materia de vigilancia móvil, especialmente lo referido a idoneidad del personal de vigilantes, el armamento a utilizar y la remuneración de los servicios prestados por el personal de vigilantes”.
No fue gol, fue fuera de lugar. Sin embargo el partido de la seguridad y convivencia ciudadana hay que seguirlo jugando con mayor ímpetu en la ciudad de Sincelejo y ganarlo por goleada. El Alcalde debe corregir y seguir para adelante. La ciudadanía debe acompañarlo y apoyarlo en su propósito de mejorar los indicadores de seguridad en el municipio, ya que la seguridad es un asunto de todos. El debate sobre el modelo de seguridad a implementarse en Sincelejo debe darse hoy con mayor profundidad y respeto entre los ciudadanos. El Concejo Municipal tiene que despertar del letargo en que se encuentra. Es hora de que se convoquen cabildos abiertos y otros espacios de diálogo para discutir el tema.